Respondiendo las Preguntas de tus Hijos/as

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Los niños sacan conclusiones de lo que ven y experimentan en el medio en el que se desenvuelven y sobre las personas que los rodean. Es por esta razón que los padres tienen la responsabilidad de ser guías y socializadores de sus hijos, satisfaciendo sus necesidades, corrigiéndoles de forma correcta, trasmitiéndoles valores y respondiendo a sus inquietudes.

Los niños y adolescentes hacen preguntas porque sienten curiosidad y sienten confianza de dirigir sus dudas a sus padres, por eso éstos siempre deben dar una respuesta. Algunas preguntas son espontáneas, otras, ya llevan tiempo en la cabeza del niño, a ambos tipos de preguntas los padres deben responder con la mayor naturalidad posible. Si los padres no les brindan una respuesta a tiempo, tanto niños como adolescentes, cuentan hoy en día con herramientas y grupos sociales que responderán a sus dudas sin ningún tipo de mediación u orientación sobre la información que se está intercambiando, y en ocasiones, esta información va en contra de los valores de la familia, de lo que los padres han inculcado a sus hijos hasta el momento e inclusive puede llevar al niño o adolescente a interesarse por temas que no le corresponden a su edad.

Las respuestas de los padres deben ser sencillas, adecuadas y adaptadas a la edad del niño. No es necesario explicar todo con detalles. A medida que el niño va creciendo irá preguntando lo que necesita saber. Es importante tener presente que los niños no deben saber las intimidades de los padres, ni estar involucrados en temas de mayores.

Las preguntas sobre sexualidad suelen sorprender a los padres, y éstos deben recordar que es un tema igual que cualquier otro. Deben llamar a cada órgano por su nombre y, si es necesario, apoyar sus respuestas con imágenes. A los adolescentes se les debe responder con claridad y sin rodeos, buscando clarificar sus inquietudes, ya que si no se hace de esta manera, buscarán la información en otras fuentes, y esas respuestas no siempre son las más adecuadas.

Un padre no siempre tiene la respuesta correcta a una pregunta, o simplemente puede no saberla. Tiene derecho a inquietarse al oír la pregunta, pero siempre debe buscar la mejor manera de responder y brindar la información que se espera de ellos. Cuando no tiene la respuesta en el momento, puede invitar a su hijo a buscarla juntos.

Ante situaciones familiares difíciles, como la pérdida de un ser querido, la partida de uno de los padres o un divorcio, es preciso que los padres sean los que hagan las preguntas a los niños. Saber qué necesitan ellos, qué les inquieta o preocupa, y responder siempre con la verdad. Si el niño o adolescente se muestra cerrado y no se expresa abiertamente, los padres deben facilitar la expresión de sus emociones, dándoles su espacio, brindándoles seguridad y sin juzgarlos.

Los hijos deben saber y sentir que pueden preguntar todo lo que quieran a sus padres. Así que, padres, estén siempre dispuestos a responder y explicar, abundando y aclarando tanto como lo requiera su hijo, ya que un padre influye siempre en sus hijos, aun cuando éstos son adolescentes y adultos.

 

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