¿Por Qué mi hijo/a Dice Mentiras?

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Muchos padres comparten sentimientos desagradables y confusos cuando sus hijos les mienten. Se preguntan: “¿Lo pongo de castigo?, “¿Lo regaño?”, “¿Lo ignoro?”, pero el cuestionamiento primordial que se hacen los padres es: “¿POR QUÉ MI HIJO ME DICE MENTIRAS?” Cuando un padre se enfrente a dicha situación, deben tomar en cuenta con qué frecuencia el niño miente, en qué momento, en presencia de qué personas ya que algo es seguro: todo niño mentirá en algún momento de su infancia.

Los niños alrededor de los tres años no mienten. Estos niños te cuentan algo que no es “real”, pero ellos sí lo perciben así. Recuerden que en este momento de descubrimiento en sus vidas, todo lo ven más grande y más intenso de lo normal, y esta es su realidad.

Los niños de cinco años, tienen una gran imaginación y por esto les gusta inventar historias y hacer cuentos sin distinguir la realidad de su fantasía. Esta conducta es un juego inocente que realizan sin ninguna intención negativa. Estas “mentirillas” incluso permiten estimular la fantasía del niño pudiendo así mejorar su capacidad para el lenguaje y su expresión oral. Por ejemplo, para contar una mentira el niño necesita utilizar un volumen mayor de palabras y un vocabulario más amplio para así poder explicar lo que contiene su imaginación.

Cuando los niños van creciendo, comienzan a tener mayor conciencia de la realidad y las razones por las que mienten cambian. Las mentiras usualmente tendrán una razón, éstas pueden ser:

  1. Por miedo a ser castigado
  2. Por vergüenza
  3. Para obtener un beneficio
  4. Para llamar la atención
  5. Por imitación

¿Qué estilos de crianza invitan a mentir?

  1. Padres rígidos que no permiten fallos ni equivocaciones:los hijos de estos padres podrán convertirse en adolescentes muy ansiosos, que buscarán excusas y culparán a los demás cuando las cosas no les salgan perfectas. Estos niños, en muchas ocasiones, mentirán para evitar el castigo de sus padres.
  2. Padres sobreprotectores que no dejan que sus hijos exploren su ambiente de forma segura y autónoma sin depender en ellos. Estos padres necesitan tener un control absoluto sobre las actividades de sus hijos: los hijos de estos padres podrían convertirse en adolescentes temerosos que no tendrán un vida social adecuada para su edad, ya sea porque sólo harán actividades estrictamente aprobadas por los padres como ver películas en su casa y no se atreverán ni siquiera a pedir permiso para ir a una fiesta o de lo contrario, estos adolescente para revelarse, se escaparán y harán actividades de alto riesgo.
  3. Padres negligentes que están centrados en sus propios problemas, ignorando por completo a sus hijos: Los hijos de estos padres podrían convertirse en adolescentes que se escapan del colegio o que hacen actividades indebidas, y los padres nunca se enteran porque están completamente desconectados de la vida de sus hijos.

 ¿Cuándo puede la mentira convertirse en una patología?

En ocasiones, las mentiras podrían esconder un conflicto emocional, sobre todo cuando es muy frecuente. Es de mucha importancia que los padres hablen con el niño para intentar entender la causa real de sus mentiras y evitar que el problema empeore. La mentira se vuelve un trastorno cuando el niño incorpora la mentira como una forma de comunicación y se convierte en algo natural en él. Cuando el niño miente compulsivamente sin la necesidad de obtener un beneficio o sin ninguna explicación es cuando los padres deben de ponerse en alerta.

¿Qué pueden hacer los padres?

· Conversar con su hijo sin regañarlo para entender las razones por las que miente. De esta forma, el niño podrá sentirse escuchado dentro de un ambiente de confianza.

· Decirle lo importante que es decir la verdad, hacerle comprender que cuando él miente, no podrán ayudarlo porque no entienden que es lo que realmente quiere decir.

· Crear un ambiente de confianza, preguntarle al niño qué ha sucedido sin que se sienta cuestionado. De manera que si el niño ve que sus padres se preocupan por él, sin discutir, él se sentirá tranquilo y sin miedo al momento de contarles la verdad.

· No castigar en seguida ni recurrir a comportamientos agresivos. Recuerden que es importante saber qué es lo que el niño quiere decir detrás de esa mentira. Tampoco se debe de regañar delante de familiares o amigos, se debe de llevar a un cuarto u otro lugar donde puedan hablar calmadamente.

· Poner el ejemplo en casa, los padres no deben decir mentiras delante de sus hijos, no le deben prometer cosas que luego no cumplirán, ya que este comportamiento le enseñará que decir mentiras es una conducta aceptable. Luego esto lo llevará a normalizar la conducta de las mentiras y podría convertirse en su manera de relacionare con los demás.

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