La relación entre hermanos es una relación única y muy especial. Es importante que los hermanos jueguen juntos pero también que puedan jugar el uno sin el otro.
En el caso que un hermano esté jugando con sus amiguitos y que esto esté causando dificultades en el otro hermano es esencial hacerles ver que los hermanos deben de ser amigos entre ellos pero que también deben de tener otras amistades. Es importante explicar que cada uno tiene su lugar y su tiempo, pero que el no tener la atención y compañía exclusiva del hermano, no significa que no lo quiera.
Los hermanos pequeños ven en sus hermanos mayores un modelo que siempre quieren imitar. Son su ejemplo a seguir, quieren ser como ellos. Es común que existan celos en determinados momentos y el sentimiento de rivalidad se hace frecuente. Los pequeños quieren hacer las cosas que hacen sus hermanos mayores, son una especie de rivales a los que buscan seguir y alcanzar. Es parte del proceso de aprendizaje el conocer la posición que cada uno ocupa dentro de la familia.
Desde muy temprana edad el niño empieza a diferenciar el tú del yo, lo que es tuyo de lo que es mío. La forma más natural en la cual aprenden es a través del juego. Cuando el niño está jugando, está aprendiendo a diferenciar sus propios intereses de los intereses del otro. Al mismo tiempo comporten sus intereses con los demás.
A través del juego aprenden a negociar con sus iguales. Si hay una interferencia de un hermano puede que el otro sienta que se le está invadiendo su espacio y que ese hermano no le está respetando su lugar, sus intereses. Se les puede enseñar a lidiar con problemas a través del juego, ayudándoles a conocer sus límites y su posición. El mayor aprende a ser líder y el menor aprende a manejar límites y los espacios de los demás.
El rol de los padres es muy importante en estas situaciones ya que cada uno necesita saber cuál es supuesto. Los padres necesitan ocupar una posición neutral cuando se le presenta una discusión o pelea. Cada niño necesita saber que es único, que tiene una voz y que se les respeta.
La empatía es una habilidad que se puede trabajar desde temprano. Es importante hablar con tu hijo y tratar de que él o ella se ponga en el lugar del otro para entender cómo se siente su hermano cuando no puede jugar con ellos.
Como enseñarle a los hijos que respeten el espacio del hermano:
- Crea un clima de colaboración.
Trata de buscar actividades en las que ambos colaboren. Enséñales que las metas de cada uno, pueden ser metas comunes.
- Déjalos su espacio propio como hermanos.
Intenta que tengan momentos de juego, de complicidad solos, sin la supervisión de los adultos. De esta forma comparten experiencias, se hacen cómplices, se cuidan uno al otro,. solucionan sus diferencias. A veces es mejor mantenerse distantes y no meternos en sus discusiones.
- Fomenta la comunicación y la escucha entre ellos.
Crea un clima de comunicación y escucha en el hogar. Cuando uno de los pequeños habla, es normal que el otro quiera reclamar la atención y opinar, enséñale que debe de respetar su turno de comunicación, que debemos escuchar al que habla y cuando termine puede hablar y todos lo escucharán a sus turnos.
- Dedica tiempo y atención similar a ambos por separado y juntos.
Presta atención al tiempo que dedicas a cada uno, no te centres en uno de ellos por las razones que sean: que sea más pequeño o porque necesite más atención. Puede que alguno de ellos reclame menos atención, pero también la necesita. Si cuando atiendes a uno de ellos, el otro pide tu atención, no se la des. Tiene que aprender que es el momento del otro, que cuando termines de atender al otro lo atenderás a su turno.
- Enseñarle como poner el límite.
Es decir, como decirle de una forma respetuosa y aceptable a su hermano que no quiere jugar con él. Esto se puede practicar en casa cuando no estén los amigos presentes para que el hermano sepa exactamente lo que se espera de él cuándo suceda tal situación. Hacer un “role play”. Esto fomenta tranquilidad y confianza en los dos.
