Estrategias para detener el Bullying

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Bullying es un término en inglés que significa hostigamiento. En español también es conocido como acoso escolar, se refiere a cualquier tipo de conducta dirigida a hacer daño a otro de forma intencional y que es repetida a través del tiempo. Esta situación puede ocurrir tanto dentro como fuera del contexto escolar, por uno o varios estudiantes.
El bullying puede ir desde amenazas, ignorar, insultar hasta provocar daños físicos en la persona que lo sufre. Generalmente esta suele ocultar la situación por la que está pasando por el temor a que aumente el maltrato. Emocionalmente provoca miedo, angustia y tristeza. El bully busca el control de la otra persona a través del maltrato.

Para que el bullying ocurra debe existir:

  • Un desequilibrio del poder, donde uno se perciba con más poder sobre el otro. Este poder puede ser real o imaginario.
  • Una persona que maltrata a otro u otros.
  • La agresión va dirigida de forma reiterativa a la misma persona.

Según la forma maltrato que se realice, existen distintos tipos de bullying. Entre los más importantes podemos señalar:

  • Físico: este puede ser directo, como golpear, maltratar físicamente; o indirecto, como romper cosas, robar.
  • Verbal: se refiere al uso de sobrenombres, insultos, divulgar chismes. Este tipo de bullying suele ser el más común y muchas veces pasa desapercibido.
  • Emocional: fomenta el temor y la sensación de inseguridad, a través de amenazas o intimidación física.
  • Social: se refiere a la exclusión de la víctima de los grupos. Se reduce su posibilidad de participación y ser tomado en cuenta.
  • Cyberbullying: es el uso de los medios electrónicos y redes sociales para realizar el hostigamiento y humillar. Por sus características, este tipo de bullying muchas veces se esparce con gran rapidez.

En las situaciones de bullying existen tres actores importantes: la víctima, el maltratador y el medio que observa. Este último juega un papel vital para detener la situación de acoso, ya que con su conducta puede ayudar a que se perpetúe la situación de maltrato.

La víctima, es la persona que sufre el maltrato y suele caracterizarse por:

  • Baja autoestima
  • Sentimientos de culpa
  • Dificultad para defenderse
  • Introvertida
  • Pocas habilidades para resolver problemas.
  • Suele tener un grupo de amigos reducido.
  • Al estar expuesta a la situación de maltrato suele sufrir lesiones físicas, problemas de salud y daños emocionales.

Por su parte, el agresor o bully se caracteriza por:

  • Ser popular
  • Poco sentimiento de culpa
  • Provoca miedo en algunos y respeto en otros.
  • Fuerte físicamente.
  • Impulsivo y dominante.
  • Dificultad para ponerse en el lugar del otro.
  • Suele haber vivido situaciones de violencia y maltrato.
  • Suele tener poco interés en el estudio.
  • Baja autoestima.
  • Pocas habilidades de autocontrol.
  • Pobre conocimiento de sus emociones.
  • El asumir esta posición de maltratador, lo hace más vulnerable a meterse en dificultades con la autoridad y realizar conductas delictivas.

Los espectadores, son los observadores de la situación de acoso. En ocasiones, al estar expuestos de forma continua a un ambiente hostil, se vuelven indiferentes e insensibles a las agresiones.

Para que exista un contexto escolar armónico donde todos los estudiantes se sientan respetados, aceptados, importantes e incluidos, es necesario poner un paro a las situaciones de acoso. El reto es ayudar a los tres actores para provocar un cambio en la forma en que se relaciona el grupo.

Es importante ayudar a la víctima a defenderse y hablar con sus padres o autoridades del colegio, sobre la situación de maltrato. Ayudarla a darse cuenta que esta situación no es su culpa y nadie tiene derecho a agredirle, física o emocionalmente. 

Con el maltratador, es de vital importancia ayudarle a tomar conciencia de que sus acciones no son correctas y no son aceptadas. Por lo tanto, debe vivir las consecuencias que le corresponden. Es primordial ayudarlo a relacionarse con los demás de forma saludable.

Por último, es esencial que los observadores se den cuenta que también son responsables de lo que ocurren. Cuando ignoran, callan o son indiferentes a las situaciones de maltrato, favorecen el que sigan sucediendo. Muchas veces a los observadores no le gusta la idea de ponerse en una situación donde puedan ser vistos como chismosos por hablar sobre lo que ocurre. Es importante ayudarlos a ver que cuando rompen el silencio están ofreciendo una salida a un compañero que se siente muy triste y excluido. Dar la voz de alarma significa ser una persona responsable. 

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