Evaluaciones y Terapias Psicológicas

A través de la evaluación psicológica se pretende conocer en detalle las áreas emocionales afectadas y las dificultades específicas. De este modo, es posible ofrecer un diagnóstico (en caso de que exista alguno) y, sobre todo, permite elaborar un plan de intervención adecuado para el caso. 

Los padres y el niño o adolescente asistirán a una primera consulta de observación y exploración para determinar las áreas a evaluar. Luego se le pasará varias pruebas estandarizadas, escalas y cuestionarios.

También, se obtendrá información por parte de los padres y de los maestros y cuando sea posible se incluirá también la observación directa del niño/adolescente en las situaciones problemáticas de su vida cotidiana, incluyen visitas al colegio o al hogar.

El número de sesiones de evaluación es variable, depende de cada niño, de su necesidad específica y de su ritmo de trabajo. Usualmente se le asignan entre tres y cinco sesiones de evaluación. Esta variabilidad se debe a que no todos los niños reaccionan igual a las sesiones de evaluación. 

La duración de las sesiones de evaluación es de aproximadamente 45 minutos a una hora; igualmente va a variar dependiendo del niño y de las pruebas aplicadas. La evaluación de cada niño/adolescente en particular incluye diferentes componentes. Las áreas más comúnmente evaluadas en este tipo de evaluaciones son:

  • Habilidades Cognitivas: se evalúa el nivel de procesamiento cognitivo del niño, determinando un perfil intelectual que incluye destrezas y deficiencias del niño/adolescente.
  • Perfil de Comportamiento: a través de cuestionarios para los maestros y padres, se determina si el comportamiento del niño está dentro de los rangos esperados para su edad. Esto ayuda a diagnosticar la presencia de trastornos de atención, depresión, ansiedad, agresión, etc.
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Adaptabilidad: a través de entrevistas, y otras técnicas se evalúa el área emocional del niño/adolescente, donde se busca determinar el estado de su auto-estima, destrezas sociales, interacciones con otros, y nivel de adaptación general.
  • Personalidad: se miden rasgos de personalidad como: sociabilidad, abstracción (inteligencia alta o baja), estabilidad emocional, excitabilidad, dominancia, entusiasmo, conciencia, emprendedurismo, sensibilidad, seguridad, astucia, aprensión y tensión. 
  • Autoestima: se valora lo que piensa el/la evaluado/a de sí mismos. Es decir, la manera en que se auto-perciben en diferentes aspectos de sus vidas.
  • Sistema Familiar: a través de entrevistas y pruebas se evalúa el estilo educativo de los padres y la dinámica familiar.

En ocasiones, se pedirá a los padres que acudan a otros especialistas fuera del centro (neurólogo, psiquiatra, otorrinolaringólogo, oftalmólogo, pediatra…) con la finalidad de descartar cualquier problema orgánico que pueda estar afectando el desarrollo emocional del niño.

Al finalizar el proceso de evaluación y con un plazo de tiempo máximo de tres semanas, se les dará una cita a los padres para informarles de los resultados obtenidos.

En algunos casos será necesario visitar el colegio para explicar a los maestros el caso del niño/adolescente, para incluirlos en el proceso terapéutico y hacer un equipo terapéutico integral de tres ejes: familia, centro educativo y terapeutas.

Luego de culminada la evaluación, se determinará si el niño/adolescente continuará en tratamiento o será remitido a algún otro especialista. 

A partir de aquí, se elaborará el plan de intervención a seguir con el niño/adolescente. La frecuencia de las sesiones podrá variar en función del caso. Las terapias son de tipo individual o familiar con la frecuencia que requiera cada caso.