El proceso de aprendizaje requiere de pasos firmes para que sea exitoso. La organización tanto mental como del ambiente es un factor protagónico para obtener resultados óptimos en este proceso.
Para la psicóloga clínica Ileana Anselin, del Centro de Orientación Psicológica y Educativa (COPE), el lugar idóneo para estudiar debe poseer iluminación, ventilación y temperatura adecuada, además de espacio suficiente para que el estudiante tenga a su alcance los materiales a utilizar, y pueda acomodarse en un escritorio acorde con su tamaño.
Dice que la clave es seleccionar un área de la casa donde el estudiante pueda trabajar y hacer sus tareas con la menor cantidad de interrupciones posibles, por lo que no deben estar encendidos el televisor, la radio, los videojuegos, los teléfonos celulares o cualquier otro medio de distracción.
Cómo dectectar dificultades
La orientadora académica Anelfis Orbe sugiere observar a los hijos con detenimiento mientras realizan sus tareas para detectar algún interferente del aprendizaje, el cual puede ser visual, auditivo, intelectual, emocional, motor o del lenguaje. Además de visitar con regularidad el centro educativo para conocer las evaluaciones diagnósticas realizadas al niño por el maestro, orientador o psicólogo del recinto.
De su lado, Anselin apunta que aunque los niños estén en una sala de tarea o en tutorías, es imprescindible que los padres se integren para mostrar interés, pues esto motiva al infante y le permite al padre monitorear su progreso o verificar dificultades. Aconseja que si el padre no puede sentarse a diario con sus hijos a realizar sus tareas, una vez a la semana sería una buena opción.
Los adolescentes y jóvenes son capaces de concentrarse por horas para hacer tareas, no obstante para los más pequeños este tiempo se traduce a unos 15 minutos, por lo que es importante permitirles a los niños, pequeñas pausas regulares mientras estudian en recompensa por su esfuerzo y desempeño, explica la psicóloga.
Si el menor presenta una condición especial que dificulte su aprendizaje requiere tutoría individual con un profesional calificado.
CUÁNDO TRABAJAR EN GRUPO Y CUÁNDO NO
Anelfi Orbe recomienda trabajar en grupo cuando se van a preparar proyectos educativos o material de apoyo para una exposición grupal. No es favorable estudiar en grupo cuando se tiene tarea o exposición individual, ya que muchas veces el grupo hace uso del tiempo de estudio para jugar, hacer algo de comer o hablar de cosas que no están relacionadas con el tema de estudio, lo que impide el aprendizaje.
Por otra parte, Ileana Anselin explica que uno de los beneficios de estudiar en grupo es que se transmite la motivación entre los miembros, se logra integrar mejor los conocimientos al socializar conceptos e informaciones y se aprenden nuevas técnicas de estudio. También puede darse una mejor comprensión de los temas impartidos en clase cuando algún miembro de la reunión procede a explicar.
La preparación previa a la reunión, los aportes y la participación de todos son factores vitales.
Advierte que si el estudiante presenta algún retraso o problema en el aprendizaje, el trabajo en grupo lo puede frustrar y ser contraproducente para su desarrollo académico.
