Las frustraciones tienen muchas causas. Cómo lidiamos con ellas depende de nuestra inteligencia y nuestras habilidades emocionales. Estas habilidades nos permiten reconocer nuestras propias emociones y la manera apropiada de manejarlas. De igual manera nos ayudan a reconocer e interpretar las emociones de los demás. Todo empieza en nuestra infancia, durante la cual aprendemos éstas habilidades para hacer frente a la frustración.
Usted prepara a su hijo para el futuro; usted quiere que tenga una vida adultaestable. Los hábitos y las habilidades enseñadas en su vida temprana podríandefinir su vida adulta. Un objetivo de la crianza del niño es enseñarle el autocontrol y a no someterse a sus impulsos. Esto no sucede automáticamente, se aprende.
Los niños sienten frustraciones desde su nacimiento. Durante los primeros años los esfuerzos absolutos funcionan para enfrentar las frustraciones. Lo más probable es que el bebé después de varios intentos renuncie o llore. Pero al día siguiente el niño intenta de nuevo el desafío. Y al día siguiente otra vez. Con una sonrisa radiante lleno de orgullo se repite muchas veces esta habilidad recién adquirida.
Cuando un niño se siente frustrado por que en algo falla, fácilmente puede rendirse y no sentirse motivado para volver a intentarlo. La frustración es una necesidad para tener éxito y sentir esa estimulación.
Una de las principales causas de la poca tolerancia a la frustración que tienen los niños y de su incapacidad para enfrentarse al fracaso, es el exceso de protección por parte de sus cuidadores. Éstos los complacen incluso antes de que reclamen.
Intentar complacer al niño en todo y evitar que se sientan frustrados ante cualquier situación no es una buena estrategia para su desarrollo personal y emocional, ya que de adultos deberán enfrentarse a circunstancias tanto de éxito como de fracaso. La sobreprotección inhibe que la capacidad del niño para afrontar el fracaso se desarrolle.
Ayude a su niño a expresar sus sentimientos
Usted puede alentar a su hijo a encontrar palabras que correspondan con sus sentimientos y así ayudarlo a desarrollar su vocabulario emocional. Si su hijo se siente decepcionado porque algo pasó que no le gustó, fomente que su hijo lo exprese con palabras. Las decepciones son una parte inevitable de la vida. Asegúrese de que su hijo acepte esto como algo que forma parte de la vida como cepillarse los dientes antes de acostarse. Hablar de ello es una buena oportunidad para trabajar el desarrollo emocional de su hijo: le beneficiará para toda la vida.
Establezca límites, a un grado razonable
Es muy importante y necesario enseñarle a su hijo el comportamiento social aceptado y capacitarlo para aprender a controlar sus impulsos. Los límites también fortalecen el auto- control y la auto- disciplina.
Comportamientos no deseado
Es muy importante que le expliques al niño cual es el comportamiento que se espera de él. La clave está en que le hables del comportamiento y no de la persona. Así el niño no se sentirá rechazado por su persona pero entenderá que solo su comportamiento es lo que no es aceptable. El rechazo personal hace que el niño se sienta inseguro y no valorado.
Dar elogios
La teoría de aprendizaje dice que los niños aprenden mejor cuando se les recompensa. Eso tiene que ver con el miedo. La ansiedad inhibe el crecimiento adecuado del hipocampo, un área importante en el cerebro. El miedo puede hacer que el niño actúe pasivamente y rendirse más rápido cuando algo difícil se les presenta. En tareas de aprendizaje difíciles es esencial que el niño sea estimulado de forma eficiente y divertida. La combinación de atención positiva y de gracia siguen siendo el mejor enfoque cuando se trata de enseñar y ajustar el comportamiento de un niño.
Estimular a su hijo a explorar y confiar en sí mismo
Tener suficiente confianza en sí mismo y desarrollar una forma activa de buscar soluciones a problemas es esencial en el aprendizaje del niño. Asegúrese de que el niño obtenga placer en el descubrimiento de las cosas y que lo pueda resolver él mismo. La perseverancia es esencial para superar situaciones adversas. Si el niño aprende que siendo constante puede solucionar muchos problemas, sabrá mejor controlar su frustración en otras ocasiones.
Ser modelo ejemplar
¿Cómo manejamos nosotros mismos nuestras frustraciones? ¿y nuestras habilidades emocionales? ¿Podemos esperar un comportamiento de nuestros hijos que no está presente en nosotros mismos? Ofrécele un buen ejemplo a su hijo manejando tus propias frustraciones de forma positiva y constructiva en lugar de enojarte y molestarte. Recuerda que los niños aprenden con el ejemplo y si tu hijo te ve actuando con madurez, racionalidad, calma y de forma constructiva cuando surge la frustración, será más probable que haga lo mismo. Una actitud positiva de los padres a la hora de afrontar las dificultades es el mejor ejemplo para que sus hijos aprendan a resolver sus problemas.
